Acabo de volver de Edimburgo, en donde he estado seleccionado por Climate – Kic Pioneers into Practice (PiP) para participar en el workshop internacional del programa. Además de compartir taller con otros 30 “pioneros” de 16 nacionalidades, nos invitaron a asistir a otro de los programas de Climate – Kic, Launchpad Grand Final 2018. Start – ups de todo el mundo presentaban sus ideas de negocio para contribuir a una economía baja en carbono. Y así, en un pequeño lapso de tiempo he podido comprobar de primera mano dos visiones diferentes a la hora de afrontar el desafío del cambio climático. En este post llamaré a estas visiones Mindset y Scale-Up (Mentalidad y Crecimiento podría ser una traducción en español).
Por una parte PiP, un programa de aprendizaje basado en el pensamiento sistémico cuyo resultado más destacado es Systems Innovation. Una metodología que apuesta por una transformación lenta, por entender las relaciones que se dan en el sistema, por trabajar en lo que no se ve a simple vista, en la mentalidad, en los mapas mentales que cada una de las personas traemos de serie y vamos configurando a lo largo de nuestra experiencia vital. Es un proceso de largo plazo, que requiere un cambio de mentalidad (mindset).
Y por la otra parte, Climate Launchpad, un concurso de start – ups que buscan principalmente financiación para crecer e incubadoras para acelerar su desarrollo empresarial. Ideas habitualmente basadas en tecnología y orientadas a sobrevivir en el corto plazo antes de conseguir escalar (scale-up). Ideas que piensan en global, que buscan ser disruptivas y cambiar las reglas de juego. Ideas que buscan inversores antes que clientes.
¿Son ambas visiones complementarias y por tanto necesarias? ¿Son antagónicas? ¿Contribuyen este tipo de start-ups a la conciencia global de que hay que hacer las cosas de otra manera, que así no podemos seguir?, o por el contrario ¿aniquilan este mensaje? Pero por otra parte, ¿sólo cambiando de mentalidad seremos capaces de sobrevivir, o cuando nos demos cuenta será ya demasiado tarde?
Seguramente la respuesta esté entre medias y ambas visiones sean necesarias en parte. O no. Mi sensación después de escuchar los pitch del concurso es que las “nuevas ideas” empresariales adolecen de muchos de los vicios del business – as – usual. Y que centrarnos en el corto plazo empresarial, por mucho que eventualmente resolvamos el problema del cambio climático tecnológicamente, nos hace perder de vista que en realidad el problema es mucho más amplio y complejo que el de las emisiones de CO2.
Es un problema que incluye el acceso a los recursos básicos, las migraciones derivadas de su carencia, la desigualdad generada, la pérdida de biodiversidad, las estructuras de poder, la salud de las personas… El cambio climático no es sólo un problema medioambiental, es sobre todo un problema social. Por eso, la forma de abordarlo importa mucho. La tecnología quizás puede ayudar a disminuir alguno de los aspectos, pero en mi opinión no a corregir el problema de fondo. En realidad hay que profundizar en las causas y entender los valores subyacentes bajo nuestras decisiones, bajo qué nos mueve a hacer las cosas de una manera u otra. Y eso es, única y exclusivamente, mentalidad.
