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3 aprendizajes del simulador de negociaciones sobre cambio climático

Hace pocos días desarrollamos en el Máster en Gestión del Desarrollo Sostenible de la Universidad de Vigo una sesión muy especial. Simulamos, ni más ni menos, una Asamblea Extraordinaria de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Para ello, los alumnos olvidaron su país de origen durante una mañana y se transformaron en representantes de EEUU, Unión Europea, Otros países desarrollados (económicamente), China, India y Países en desarrollo (económico).

El simulador no solo les ayudó a entender las causas y consecuencias del calentamiento global, sino que sobre todo, les ayudó a entender la complejidad de negociar a varias bandas, les permitió desarrollar su capacidad de entender a otras partes, y en el fondo, a mejorar sus habilidades negociadoras.

Destaco 3 aprendizajes de la sesión:

1. Como en la vida real, cuando negociamos, hay asuntos centrales y asuntos accesorios que complementan al principal. Pero no debemos olvidar qué estamos negociando y qué propósito perseguimosEn este caso, el reto era llegar a un pacto global para limitar las emisiones de CO2 y evitar un calentamiento superior a 2ºC. El resto de asuntos tratados (forestación, deforestación y dotación del fondo verde) eran laterales. Y sin embargo, durante las negociaciones el grupo los convirtió en principales. Ocurre muchas veces, perdemos el foco de lo que buscamos y nos desgastamos en asuntos importantes pero accesorios (quizás porque nos resultan más sencillos de tratar).

2. Para llevar a cabo una negociación, debemos conocer previamente a las otras partes. Sus intereses, anhelos, preocupaciones, problemas, estado general, coyuntural…. A veces, ni siquiera al inicio de las conversaciones preguntamos a las otras partes qué necesitan, cómo les podemos ayudar… Suponemos, imaginamos… nos miramos el ombligo y no escuchamos. Y sin embargo, muchas veces los intereses de las otras partes son complementarios a los nuestros. De hecho en las negociaciones del taller, prácticamente ni una sola vez las delegaciones preguntaron a las otras partes qué necesitaban, qué acuerdo era bueno para ellos. Nos pasa muchas veces, marcamos nuestra posición y a partir de ahí cualquier movimiento que hacemos lo consideramos una concesión a la otra parte. Limitamos las posibilidades de acuerdo pensando que el resto quiere exactamente lo mismo que nosotros. Pero sin embargo, muchas veces los intereses son complementarios o compartidos. Deja de haber concesiones y empezamos a encontrar complementariedades.

3. Es fácil decirlo, pero difícil de hacer, más cuando juegas contrarreloj. Durante las negociaciones debemos buscar también un momento de distancia. Tomar aire. Ser conscientes de la forma en la que estamos negociando, de nuestras emociones. Ser conscientes de si estamos yendo a confrontaciones directas, si estamos negociando posicionalmente o estamos buscando puntos de confluencia de manera imaginativa. Si queremos alcanzar un pacto global no podemos humillar a las otras partes. No podemos imponer. Durante las tres rondas de negociación los alumnos se fueron enconando en sus posiciones y terminaron “enfrentándose” acaloradamente a la delegación de EEUU. Solo sirvió para que los representantes de esta Delegación estuvieran a la defensiva, aislados de lo que les “exigían” y sin moverse de su posición inicial.

Sin duda, un taller apasionante de aprendizaje compartido con grandes profesionales.

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