¿Desde qué principios puede operar una organización para poder ser responsable y más sostenible en el contexto actual? Os descubrimos los 4+2 pilares desde los que construir y hacer operar las empresas que pretendan serlo en el siglo XXI y que pretendan desarrollar sus generadores de valor: Propósito empresarial, social (y relevante); Systems Thinking (visión global e integral del sistema); Alianzas; Innovación; Consistencia Organizacional (lo que dice, lo que hace, y lo que es nuestra empresa); y la Transformación (medición, comunicación e inspiración).
Primer pilar, Propósito empresarial, social (y relevante): ¿para qué hacemos lo que hacemos? ¿qué fuerza es la que nos mueve a actuar, a desarrollar nuestro negocio, que no sea únicamente ganar dinero? El propósito es el para qué de la organización. Es lo que realmente mueve al cambio, a evolucionar a cada persona que forma parte de la entidad o que se relaciona con ella. Es la consistencia, el pegamento que une, la visión de futuro, el despertar de la consciencia. Por eso, cada organización debe reflexionar, encontrar y expresar su propio propósito.
El propósito actúa como fuerza de conexión y atracción de nuestros grupos de interés. Todas las personas percibimos las 3 brechas que describíamos en El contexto actual en tres brechas (seamos más o menos conscientes de ellas) y a casi todo el mundo nos gustaría que nuestros actos contribuyeran a disminuirlas. En todos nuestros roles (consumidores, trabajadores por cuenta ajena, colaboradores, suministradores, etc.) queremos unirnos a iniciativas en las que sintamos que construimos un mundo mejor. Numerosos estudios muestran que la tendencia es hacia el incremento de esa consciencia, hacia el incremento de personas que estamos dispuestas a premiar a las empresas que lo hacen mejor y a castigar a las que lo hacen peor. Un propósito definido, consistente y coherente con lo que somos y hacemos, nos ayuda a conectar mejor con estas personas, a proyectar nuestras intenciones y a comunicar mejor nuestra propuesta de valor.
Desarrollar un Propósito empresarial, social (y relevante) ayuda a una empresa a focalizarse en algo más que en el resultado financiero y sirve como elemento cohesionador del ecosistema de la organización.
Pero, ¿cómo se traslada esta forma de entender el modelo de negocio, a la generación de oportunidades de negocio? ¿Es realmente cierto que las empresas que se gestionan desde esta óptica pueden tener un desempeño financiero igual o superior a las empresas tradicionales? ¿Cuáles son los generadores de valor de esta forma integral de gestión? ¿Cómo se traslada esta creación de valor a la creación de oportunidades de negocio? En otros post os lo vamos descubriendo.