¿Desde qué principios puede operar una organización para poder ser responsable y más sostenible en el contexto actual? Os descubrimos los 4+2 pilares desde los que construir y hacer operar las empresas que pretendan serlo en el siglo XXI y que pretendan desarrollar sus generadores de valor: Propósito empresarial, social (y relevante); Systems Thinking (visión global e integral del sistema); Alianzas (estratégicas); Innovación; Consistencia Organizacional (lo que dice, lo que hace, y lo que es nuestra empresa); y la Transformación (medición, comunicación e inspiración).
Tercer pilar, Alianzas: Si aceptamos que formamos parte de un sistema y que por tanto, somos interdependientes, necesitamos ser capaces de establecer alianzas estratégicas. Hoy en día ninguna organización es viable si se plantea operar de manera aislada. Las alianzas no dependen del tamaño de la organización ni del sector. Podemos (y debemos) identificar a nuestros potenciales aliados en un proceso que parta de una reflexión interna, de conocernos a nosotros mismos, nuestros valores, y que tenga en cuenta nuestra estrategia y la búsqueda de objetivos compartidos. Y debemos aproximarnos a la gestión de las alianzas desde el paradigma de la abundancia y no desde el de la escasez.
La gestión estratégica de las alianzas es una oportunidad para la creación de valor compartido entre organizaciones y para desarrollar una ventaja colaborativa. Si diseñar una propuesta de valor poliédrica genera valor, compromiso y fidelidad de nuestros grupos de interés, la gestión estratégica de las alianzas con otras organizaciones (sean o no grupos de interés a priori), lo que va a generar es un abanico de nuevas oportunidades. Para ello es importante estudiar las organizaciones que forman parte de nuestra cadena de valor y las que de alguna forma están conectadas con ella, formen parte del sector o no.
Las oportunidades que pueden surgir cuando gestionamos de manera estratégica las alianzas hacen que nos podamos desarrollar de una forma que difícilmente podríamos conseguir nosotros solos: acceso a nuevos mercados; capacidad para diseñar y lanzar nuevos productos; investigación y desarrollo de nuevas tecnologías a un menor coste; mayor sustrato para la innovación; compartición de servicios y por tanto reducción de costes al incrementar la eficiencia; capacidad para mejorar la vigilancia tecnológica del sector y del estado del arte; aprendizaje de buenas prácticas de otras organizaciones; capacidad para incrementar el círculo de influencia; etc.
Pero, ¿cómo se traslada esta forma de entender el modelo de negocio, a la generación de oportunidades de negocio? ¿Es realmente cierto que las empresas que se gestionan desde esta óptica pueden tener un desempeño financiero igual o superior a las empresas tradicionales? ¿Cuáles son los generadores de valor de esta forma integral de gestión? ¿Cómo se traslada esta creación de valor a la creación de oportunidades de negocio? Os lo seguiremos descubriendo en futuros posts.