Serie de 3 post sobre Economía Circular escritos por Loreto Contreras Romero, experta en ingeniería de procesos y quien está haciendo sus prácticas del Máster en Gestión del Desarrollo Sostenible de la Universidad de Vigo en Cuatrotercios.
En la entrada anterior “La Economía Lineal y sus Efectos” hablamos acerca de la Economía Lineal. En este nos centramos en la Economía Circular como una solución a la problemática derivada de nuestro modelo de desarrollo lineal. Pensar desde el diseño es la clave para alargar la vida de los productos, evitar los residuos, y maximizar el valor de lo que producimos.
A finales de los años 70 un grupo de académicos, líderes de opinión, y diferentes empresas, observando el grave problema que se aproximaba, impulsaron el concepto de Economía Circular, y comenzaron a ponerla en práctica en sistemas económicos modernos y en procesos industriales.
A partir de ellos comenzaron a crearse diferentes filosofías. La más conocida, desarrollada por el químico alemán Michael Braungart junto con el arquitecto norteamericano Bill McDonough, es la denominada Cradle to Cradle (de la cuna a la cuna). Esta compara los procesos industriales y comerciales con un proceso de metabolismo biológico, donde los desechos equivalen a nutrientes que pueden ser recuperados y reutilizados.
Pero, ¿qué es la Economía Circular?
La Economía Circular es una respuesta a la problemática que ha generado la Economía Lineal. Esta busca que, de alguna manera, evitemos que los residuos lleguen a un vertedero o a ser quemados, es decir, evitar que se transformen en basura. ¿Cómo?, impidiendo que los productos pierdan su valor tan aceleradamente, que volvamos a la reparación y como última instancia, que al final de la vida útil de éstos, puedan utilizarse como materia prima para la fabricación de un nuevo producto.
Con todo lo anterior se pretende reducir la extracción de materias primas o recursos naturales para dar tiempo a la Tierra de regenerarse; disminuir la cantidad de basura que eliminamos a diario; y reducir los consumos de agua y energía que se requieren para fabricar un producto desde cero.
Simultáneamente se consigue la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), gases que están produciendo el cambio climático, ya que, al reducir los consumos de energía, que mayoritariamente se producen con combustibles fósiles, se reducen las emisiones de CO2, gas de efecto invernadero de mayor generación en el mundo. También, al reducir la cantidad de residuos que enviamos a vertederos, se disminuye la generación de gas Metano (CH4), también GEI, que genera un efecto 20 veces más nocivo que el CO2.
Maximización del valor
La Economía Circular tiene como uno de sus principios fundamentales el alargamiento de la vida útil de los productos y los materiales, maximizando su valor. La idea es que los materiales que componen los productos, el agua y la energía utilizada para fabricarlos y la mano de obra que los ha producido, sean aprovechados de tal manera que se maximice su funcionalidad y su valor. Esto se consigue a través de la durabilidad, la reutilización, la refabricación y como último recurso el reciclado.
Diseño para la circularidad
Otro fundamento importante de la Economía Circular es el diseño. La circularidad funciona mejor cuando se ha diseñado intencionalmente para ser circular. Por ejemplo, un automóvil que ha sido diseñado para que, una vez terminada su vida útil, pueda ser desmontado y todas sus piezas reincorporadas a nuevos coches.
La Fundación Ellen MacArthur, organización que lidera la Economía Circular a nivel global, indica que la basura es un error de diseño, y que es a partir del diseño desde donde debe evitarse la generación de residuos, para luego no incurrir en el costo de hacerse cargo de esta cuando ya se ha generado. Este principio va de la mano de la jerarquía en la gestión de residuos, el cual establece que reducir es mejor que reutilizar, que reutilizar es mejor que reciclar y reciclar es mejor que desechar.
En el post «Ciclos del Diagrama Mariposa» abordamos los dos ciclos de nutrientes con los cuales se alimenta la Economía Circular para ser efectiva.