Resultan impactantes y avergonzantes las imágenes de operarios de ADIF empujando dos vagones descarrilados al río Sil. Impactantes porque resulta inverosímil que alguien en pleno siglo XXI considere que eso es una buena solución a un problema. Y avergonzante porque esos operarios pertenecen a una empresa pública, la cual debería ser ejemplar siempre.

Vivimos en la volatilidad, en la incertidumbre, en la complejidad y en la ambigüedad. Todo cambia muy rápido; no hay nada seguro; el desarrollo digital ha hecho que las variables se multipliquen, y simultáneamente un mismo hecho se interpreta de manera diferente dependiendo de la posición desde el que se mire.

Cualquier organización es en sí misma un sistema vivo y complejo. Y por supuesto, cualquier organización forma parte de un entorno, de una realidad, que está formada por sistemas complejos. Por ello, muchos de los retos que tienen las organizaciones por delante hoy en día son complejos. No todos. Pero muchos, sí.

Un proceso inédito (El proceso de France Télécom pone a juicio el acoso moral en las grandes empresas) del que aún se desconoce el recorrido que tendrá y si hará que se produzcan cambios relevantes en la gestión de las organizaciones.

Infografía casera para ilustrar el post de Otto Scharmer Embrace the Journey: The 5 Stages of Corporate Sustainability.

Artesanía, innovación y futuro: empresas pequeñas y tradicionales que utilizan metodologías innovadoras para desarrollar sus negocios.

Pensar en desarrollo sostenible es también pensar en el largo plazo, en que las decisiones que tomamos hoy no nos comprometan en el futuro (ni a nosotros ni a las generaciones venideras).

¿Sabes qué son las empresas triple balance? ¿Conoces SANNAS?

Recordamos este artículo que publicamos el año pasado en la revista ÁgoraRSC. Y es que ante la realidad compleja y las divisiones a las que nos enfrentamos, debemos replantearnos si las estructuras y las formas en las que se relacionan nuestras organizaciones son las más aptas para afrontar los retos globales y locales.

La Teoría U (Otto Scharmer) es en esencia un marco metodológico para operar y liderar de una forma diferente a la habitual (en lo personal, organizacional, empresarial…): visión sistémica, salir de nuestra burbuja, operar teniendo en cuenta otras perspectivas, escucha profunda, desarrollar la capacidad para presentir lo que viene y actuar desde ahí, reflexión y consciencia personal…