Pensar en desarrollo sostenible es también pensar en el largo plazo, en que las decisiones que tomamos hoy no nos comprometan en el futuro (ni a nosotros ni a las generaciones venideras). Pero, ¿somos los seres humanos capaces realmente de pensar abstractamente cuando la dimensión nos excede de esta manera? ¿es el cortoplacismo una de nuestras mayores amenazas? ¿cómo podemos promover un pensamiento largoplacista (aún yendo en contra de nuestros instintos psicológicos más básicos). Este artículo (The perils of short-termism: Civilisation’s greatest threat) es una excelente reflexión sobre el tema.